lunes, 12 de agosto de 2013

Tarjetas y endeudamiento galopante


Las tarjetas de crédito como instrumento financiero con potencialidades tanto positivas como negativas.



Se dice que la deuda funciona como una palanca.  Cuando se utiliza con buen juicio es un instrumento que puede catapultar nuestra productividad y ampliar las posibilidades del presente.   Pero cuando se ejerce irresponsablemente es capaz de comprometer el futuro y  de cerrarnos las puertas del buen crédito, iniciando de esta manera un espiral de destrucción de riqueza

Si hay una variedad de deuda que se destaca por su potencial negativo es la tarjeta de crédito.  La tarjeta de crédito es muy distinta a un préstamo hipotecario en el hecho que los bancos ponen menor empeño en evaluar al sujeto de crédito antes de aprobar su uso.  Por ejemplo, un asalariado con un reporte positivo de la Asociación Panameña de Crédito (APC) puede multiplicar sus límites disponibles en tarjetas de crédito en cuestión de semanas.  Esto evidentemente no ocurre en los préstamos de auto y residenciales; simplemente no podemos salir a obtener crédito para varias casas o carros de un momento a otro.

La razón de este manejo, que a simple vista pareciese descuidado,  yace en la administración estadística.  En los departamentos tarjeteros de la banca moderna, el cliente deja de ser un rostro diferenciable y pasa a ser parte de una población que entre más grande es más rentable.  De ahí que se orquesten convincentes campañas publicitarias, agresivos programas de mercadeo telefónico y atractivas ofertas con el fin que se adquiera su tarjeta.  Con el fin de aprovechar lo mejor de la tarjeta de crédito proponemos las siguientes medidas:

  1. Utilice la tarjeta como medio conveniente de pago: La tarjeta nos evita la búsqueda de efectivo en cajeros y en bancos, ahorrando tiempo y el riesgo de portar efectivo.  Asimismo ayuda a cubrir gastos inesperados y desfases o demoras en la recepción de un ingreso esperado. 
  2. Reestructure el saldo a largo plazo: Un consejo muchas veces escuchado es “cancelar el saldo todos los meses”.  Si bien esto es difícil e inevitablemente se va acumulando deuda, afortunadamente el mercado ofrece muchas posibilidades de compra de saldo a bajos intereses.
  3. Opte por calidad más que por cantidad: En el caso de las tarjetas de crédito es mejor tener una sola que varias tarjetas, ya sea por facilidad de administración o para limitar la tentación de endeudarse. Puede ser conveniente tener dos, siempre y cuando sea para mantener diversidad de proveedores (visa, mastercard, entre otras) con el fin de evitar disrupciones en los puntos de pago, por saturaciones en las redes.
  4. Tome ventajas del competitivo mercado: Es posible contrarrestar los gastos que se generan por utilizar este medio de financiamiento,  buscando promociones y ventajas en materia de tasas, acumulación de millas o puntos, anualidades o descuentos por el uso de la tarjeta en diferentes comercios. En la medida en que busque efectivamente se encontrarán tarjetas con tasas muy competitivas, sin anualidad, con millas o puntos que sirven para el consumo diario, sacando ventaja al producto y sin afectar su bolsillo.

Un manejo sereno ante el carnaval de tarjetas de crédito que vivimos, así como un entendimiento de los beneficios e implicaciones de su uso nos llevará a tomar mejores decisiones y a evitar el exceso de la costosa deuda tarjetera.  Usemos responsablemente las tarjetas de crédito.


En colaboración con Andres Henao R., financista.

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