lunes, 18 de noviembre de 2013

Decisiones financieras no racionales

Comportamientos subconscientes que afectan la calidad de las decisiones financieras.


A pesar del auge actual en la formación profesional en administración y gerencia que, en común, buscan introducir a la toma racional de decisiones y a los beneficios del largo plazo, el día a día de las decisiones es muy distinta. En la práctica, gran parte de las decisiones financieras están basadas en juicios que surgen más de las emociones que de la razón.

En un reciente ensayo de la revista Foreign Affairs sobre la crisis financiera de 2008, Alan Greenspan  ̶ Presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos de 1987 a 2006 ̶  pone su atención en algunos comportamientos no racionales que impidieron ver la magnitud de la crisis y que, ya cuando era tarde, la agravaron a tal punto que ocasionó la quiebra de miles de empresas y de millones de individuos en todo el mundo. La idea central del artículo es que las decisiones económicas no siguen necesariamente un patrón racional sino que están altamente influenciadas por el miedo y la euforia, por la búsqueda de ganancias a corto plazo, por consideraciones de estatus personal frente a nuestros pares, por los rumores y el ruido más que en  información objetiva.

La toma de decisiones financieras no racionales tiene dos dimensiones: una estrictamente comercial que tiene que ver con la búsqueda del lucro,  y la otra dimensión es personal y guarda relación con la forma en que gastamos en nuestra vida. A continuación presentamos dos comportamientos que suelen disminuir la efectividad en ambas dimensiones:

Comportamiento de manada: euforia, miedo y consumismo

El comportamiento de manada es la tendencia de los individuos a seguir o copiar las decisiones tomadas por las mayorías. Su nombre hace referencia a la forma en que las manadas suelen actuar: sin dirección planeada, siguiendo a la multitud y a la carrera.  Por una parte, puede ser euforia cuando se corre a invertir donde todo el mundo lo está haciendo.  Por otra, puede ser miedo cuando se sale despavorido al comenzar las primeras quiebras.  Nace de la intención de no quedarse atrás, de no dejar pasar la inversión de moda.  Aquel que sigue a la muchedumbre, un año invierte en bienes raíces, al otro en construcción y después en palma aceitera, sin conocer en realidad los factores de éxito de cada actividad. 

En el plano personal, una manifestación del comportamiento de manada es el consumismo.  Se define como la tendencia inmoderada a adquirir, gastar o consumir bienes, no siempre necesarios.  La sociología lo define como el gasto de dinero en la adquisición de bienes de lujo y servicios para hacer despliegue público de poder económico o del estatus social de la persona.  Los comercios conocen muy bien esta debilidad humana y deliberadamente crean imágenes atractivas y marcas que acaparen nuestra atención, apelando a la inclinación subconsciente de mostrar cuánto valemos a través de las posesiones.

Cortoplacismo: ganancias hoy, el futuro es incierto 

El cortoplacismo es la propensión natural a la satisfacción a corto plazo  por encima de los retornos a largo plazo.  Se define también como la predisposición a valorar más la obtención de un bien en el presente que en el algún momento del futuro.  El futuro es incierto y está lleno de riesgos que hacen que la vasta mayoría no busque arriesgarse. Más vale pájaro en mano que cien volando, dice el refrán.  No obstante, la falta de visión a futuro se paga con creces en todo aspecto de la vida y el dinero no es la excepción.

En la vida cotidiana, el cortoplacismo se manifiesta en la escasa simpatía por el ahorro.  Más felicidad da gastar hoy que ahorrar para el futuro intangible e imponderable. De nada valen las campañas en pro del ahorro que hacen algunas instituciones; mucha gente sucumbe a la tentación del derroche innecesario. Se acerca fin de año, época perfecta para observar este comportamiento.

A decir verdad, todos alguna vez hemos cedido a pasiones que llevan a decisiones no racionales y anti económicas. No hay perder de vista que las conductas mencionadas están profundamente enraizadas en la cultura  popular, en los medios y en el subconsciente humano.  Pero esto no debe ser justificación para aceptar conductas que empobrecen.  Conocer las tendencias, inclinaciones y propensiones naturales es el primer paso.  Sólo un esfuerzo consciente y el compromiso con la objetividad, nos puede acercar al ideal de decisiones financieras libres de pasiones y emociones negativas. 




1 comentario:

  1. Excelente artículo para entender el comportamiento de consumo. El ser consciente y objetivo, más un buen due diligence; puede ayudar a las personas a invertir su dinero de manera sabia y no caer en el comportamiento en manada; el cual muchas veces es interpretado como "tendencias y/o señales de mercado".

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