¿Qué hace que el consejo de un
profesional contratado para nuestro beneficio atente contra nuestros intereses?
El mundo gira impulsado por
intereses. Todos, sin excepción, nos levantamos
día a día con el afán de avanzar profesionalmente, de obtener beneficios
económicos y de conseguir mejores condiciones para nuestro círculo más cercano. Ahora bien, lo que desde la perspectiva
individual no tiene nada reprochable (la búsqueda de nuestros intereses) cuando
se entra en relación con intereses de terceros comienzan los conflictos. Estos conflictos pueden llevar a
circunstancias negativas en donde nos convertimos en victimas del interés ajeno
o en victimarios de otras personas en nombre de nuestros intereses. Esta circunstancia se denomina conflicto de interés.
Desde el mundo legal definen al
conflicto de interés como una situación que tiene el potencial de afectar la
imparcialidad de un profesional por el choque entre el interés personal y el interés
profesional o público. Otros autores (Lo
and Field - 2009) lo definen como el conjunto de circunstancias que crean el
riesgo que el juicio profesional en relación a un interés primario, como la
salud del paciente o la integridad del consejo del especialista, sea
negativamente influenciado por el interés secundario, como el beneficio
económico o social.
En el sector de los servicios profesionales
abundan los casos en donde se abandona el interés primario de servir al usuario
por el interés secundario de obtener un beneficio económico. Por ejemplo, el oficial
bancario que convence al cliente de un producto financiero que no entiende ni
necesita, únicamente por la presión de lograr la meta en ventas. O el corredor de seguros que busca vender la póliza
con una suma asegurada excesiva con el afán de incrementar sus honorarios. O el doctor que convence a un desesperado
paciente de una cirugía riesgosa, sin explicar la existencia de métodos menos
peligrosos y más económicos.
¿Qué puede hacer el usuario no
especialista para evitar caer victima de intereses ajenos a sus
propósitos? A continuación un conjunto
de sugerencias tendientes a disminuir la probabilidad de abusos por parte de
profesionales sesgados hacia sus propios intereses:
- Disminuir la asimetría de información y conocimientos: El primer paso consiste en informarse de las generalidades, alcances y consecuencias del servicio que se está contratando. Esto no quiere decir que se alcanzará el nivel de conocimientos de un especialista, sino que se contará con elementos para discernir y mejorar la decisión.
- Buscar segundas y terceras opiniones: Esto busca exponer al usuario a diversos puntos de vista y acercamientos de distintos profesionales que mejoran el entendimiento del problema que hasta el momento desconocía.
- Recurrir al consejo de especialistas cercanos: La existencia de lazos familiares, amistosos o profesionales disminuyen la tendencia natural de las personas a la búsqueda de beneficios a expensas del no especialista.
- Buscar el consejo de instituciones con intereses no económicos: En toda profesión se encuentran instituciones sin fines de lucro o de fines sociales que son menos susceptibles a desviar el consejo. Por ejemplo: instituciones estatales, bancos cooperativos, universidades u organizaciones no gubernamentales.
Es una realidad que al momento de
utilizar servicios profesionales de cualquier índole, no siempre tendremos la
experiencia ni el conocimiento para cuestionar la sugerencia o el consejo del
especialista. Un poco de suspicacia y
sentido común, así como la aplicación de las medidas expuestas, ayudarán al
usuario a no caer victima de profesionales dominados por sus intereses.
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