Circunstancias que pueden disparar la dinámica del fracaso empresarial
En el diario La Prensa del 22 de Junio
de 2015 se publicó una noticia sobre los problemas de exceso de capacidad que
el sector hotelero está afrontando actualmente. El artículo mencionaba que
durante los últimos tres años el número de cuartos de hotel creció 209%, pero
el número de turistas solo aumentó 48%, provocando una guerra de tarifas que ha
llevado a 15 hoteles a una situación de cierre o embargo.
Si bien la industria hotelera tiene la
particularidad de tener altos costos de instalación y un alto porcentaje de
gastos fijos que la hacen poco flexible, el exceso de capacidad de una
industria es una de las principales causas de bancarrota de las empresas.
Seguramente ningún administrador o dueño toma conscientemente la decisión de
poner en grave riesgo su dinero y su reputación. Pero hay ocasiones donde
las circunstancias llevan a que una empresa exitosa tome decisiones
desafortunadas.
Hace unos años David N. James,
experimentado gerente de empresas en crisis, en un artículo llamado “The
Trouble I´ve Seen” (HBR, marzo 2002) las describió certeramente:
“Encantados con los resultados de la compañía, los accionistas presionan a la
gerencia a crecer por medio de una mayor capacidad productiva o entrando a
nuevos mercados o incluso haciendo adquisiciones. Al mismo tiempo, los bancos
están ansiosos de prestar a lo que perciben como un crédito seguro. Por
otro lado, los competidores están usualmente pendientes de las mismas
oportunidades. Cuando todos se expanden, dan a los clientes la
oportunidad de jugar con los competidores. Eso crea considerable presión
sobre los márgenes y la participación de mercado, dejando a las compañías
expuestas a que un bajón en la actividad económica les afecte. Cuando
esto ocurre, como inevitablemente pasa, la nueva fábrica o la adquisición se
convierte en un elefante blanco mientras que la compañía lucha por cubrir los
mayores costos operativos. También lucha por cubrir los pagos de la mayor
deuda y para mantener los dividendos a los accionistas. Eventualmente,
termina incumpliendo con los bancos lo que desencadena una crisis de
financiamiento. La otrora exitosa compañía, ahora afronta la inminencia
de la bancarrota”.
El autor explica también que existen
algunas circunstancias que pueden disparar la dinámica del fracaso
empresarial. La primera es la expectativa exagerada de los dueños.
En personas acostumbradas a ver crecimiento y mejores resultados, va a quedar
la costumbre de demandar más a la organización. Pierden de vista que todo
tiene su límite. También se puede dar el caso en el que una nueva
generación de propietarios asume el mando con ambiciones e ideas inviables al
negocio tradicional. La segunda circunstancia se da cuando llega un
beneficio inesperado, es decir que la organización recibe una gran cantidad de
dinero repentinamente. Esta inesperada disponibilidad de recursos
enciende la ambición de nuevos horizontes llevando a decisiones desacertadas
tomadas en el calor de la emoción. Un ejemplo de esto, son los individuos
que ganan la lotería y se convierten en millonarios; la historia indica que no
pasa mucho tiempo cuando todo el dinero ha sido malgastado. Y la
tercera circunstancia que puede llevar a malas decisiones de expansión surge
cuando existe disponibilidad de deuda a bajos intereses. Esto ocurre más
en empresas de manejo conservador con poca o nula deuda. Siempre van a
tener bancos rondando para ofrecerles grandes cantidades de dinero y más en
momentos de bajo interés.
El tema del fracaso empresarial es muy complejo e impredecible.
Por lo que si se está en la disyuntiva o en el proceso de emprender un nuevo
proyecto personal o empresarial, es importante analizar si surge de las
emociones que llevan a una mala decisión, tales como la ambición o el exceso de
confianza, o si es producto de un análisis ponderado de la realidad existente.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario